Carta anual a inversores, 2020

Qué podemos decir de 2020, con gran parte de Europa sumergiéndose en una nueva ristra de confinamientos mientras escribo, la luz al final del túnel parece un poco más débil hoy que hace apenas un mes.

2020 fue un año sorprendente, un año con una cantidad extraordinaria de eventos inusuales o poco frecuentes. Viajes, comercios, escolarización, lugares de trabajo y transporte se han visto afectados por un virus que se ha extendido por todo el mundo, infectando a millones de personas y provocando que los gobiernos encierren a los ciudadanos en sus casas. También, para aquellos de nosotros que trabajamos en los mercados financieros, la caída de marzo será una marca más en nuestra carrera junto a la crisis de 2008.

Por otro lado, también fue extraordinario que los gobiernos de todo el mundo inundaran con dinero una tambaleante economía, parte del cual fluyó con fuerza hacia los mercados financieros. Las tasas de interés a cero acotaron aún más las opciones disponibles para los inversores y eso provocó un extraordinario empuje durante la segunda mitad del año en las bolsas de todo el mundo.

La pandemia provocó un cierre de los sectores físicos y más maduros de la economía, como los productos básicos, el industrial o los servicios cara a cara. En contraste, el salto en línea de mucha actividad empresarial y personal aceleró tendencias preexistentes y proporcionó un impulso significativo a los ingresos de las compañías de “la nueva economía”, favoreciendo de manera abrumadora a un pequeño grupo de empresas relacionadas con la tecnología y de gran tamaño.

El índice S&P 500 en EUR cerró el año con una rentabilidad del 7,8%, en contraste con el índice europeo que cerró en negativo -5,5% o el Ibex 35 con un -16%. Las empresas de tecnología acaparan el mercado mundial, con los seis primeros lugares del S&P 500 y el MSCI World ocupados por gigantes tecnológicos (Apple, Microsoft, Amazon, Facebook, Alphabet y Tesla) con una ponderación del 24% y 14% respectivamente (comparado a un 11% y un 5% en 2009), cada una de ellas aumentó en al menos un tercio su cotización en 2020, tirando con fuerza de estos dos índices y dejando rezagado al resto.

La alta concentración dentro de los índices hace que la verdadera diversificación sea más difícil de lograr para las carteras de inversión y en nuestra opinión, las deja más susceptibles a riesgos idiosincrásicos.

 

Carteras

Para el año 2020, las carteras gestionadas por nuestro Family Office han obtenido unos retornos heterogéneos, pero en general tildadas hacia el lado positivo. Las diferencias en los resultados se deben a que ninguna cartera es igual, cada una atiende a la estrategia específica de cada uno de nuestros clientes, su timing, su tolerancia, su hoja de ruta y su distribución de activos personal.

Las carteras en general y durante la primera mitad del año, se vieron afectadas, como cabía esperar, por las fuertes caídas en los activos de renta variable. Somos de la convicción de que, en el largo plazo, este es el activo con mejor potencial de retorno y nuestras carteras así lo reflejan. Durante las caídas, aprovechamos el desajuste en mercado para asignar capital adicional a vehículos indexados, ya que los “términos” eran muy ventajosos, precio, diversificación y simplicidad.

Nuestro principal detractor en el año vino de nuestra notable exposición a dólar (-9%), el cual está presente en todas las carteras de nuestros clientes y tiene un peso relevante al estar muchas inversiones internacionales y vehículos denominados en dicha divisa. También, el posicionamiento de algunos clientes a estrategias de valor como Azvalor, Cobas, Magallanes o Cartesio mermó parcialmente el rendimiento en el año.

En cambio, el mejor aliado en las carteras este 2020 fue el enfoque a pequeñas empresas, a mercados emergentes y la ponderación pasiva a índices globales. En la gestión activa, nombres como Cyrille Carrière (+21% en 2020/Fund Avenir), Toby Hudson (+15% en 2020 /Schroder Asia) o William Sutcliffe (+24% en 2020/ Baillie Gifford) asombraron con una rentabilidad relativa muy superior a sus respectivos índices, aportando alpha al conjunto de las carteras.

Las carteras, en términos medios están posicionadas de la siguiente manera:

  • Atrevidas hacia la inversión en acciones.
  • Formadas en un 30-40% por vehículos indexados.
  • Más pequeñas empresas que súper grandes tecnológicas (aunque también invertimos en ellas).
  • Una distribución geográfica única y equitativa (1/3 Europa, 1/3 EEUU, 1/3 Asia) en la ponderación en acciones.
  • Gestores value, como gestores growth en cartera.
  • No más del 7% en ningún gestor activo.
  • Nada de trading, solo inversiones a largo plazo.
  • Nada de apalancamiento y mucho sentido común.

 

Una corta recesión global

2020 marca la primera recesión global que los clientes de AG han sufrido desde nuestros comienzos. Es algo que ocurre regularmente, históricamente una vez por década y es muy posible que la próxima dure mucho más que esta.

Muchos inversores buscan inversiones que simplemente suban de manera lineal. Es un error y esa línea de pensamiento es perjudicial para los resultados excepcionales que pueden generarse con tiempo. En el largo plazo, los precios de las acciones seguirán la evolución de los resultados empresariales o de la economía en su conjunto, pero a corto plazo todo vale. Para poder beneficiarse del crecimiento que puede generar el interés compuesto en el largo plazo, probablemente debamos soportar períodos con descensos superiores al 35% al invertir en acciones.

El error más común que cometen los inversores durante estos periodos ocasionales (recesión, incertidumbre, caídas en los mercados) es entrar en pánico. Entran en pánico y venden, temiendo que la situación empeore. A veces solo quieren esperar a que las cosas parezcan más optimistas antes de volver comprar. Desafortunadamente, acaban persiguiendo el mercado en su subida, perdiendo ganancias considerables debido a una toma de decisiones emocional.

Felizmente puedo decir que, ni un solo cliente vendió durante las caídas este año, todo lo contrario, fueron sólidos compradores de acciones.

 

El trabajo que nunca se detiene

Gestionar carteras de inversión en un año como 2020 no es como correr en una carrera. No hay una línea de meta. Como a un bebé recién nacido, necesitas cuidarlas y controlarlas todos los días. Y cuanto mejores sean sus retornos, más rápido se mueven, más control y cuidados necesitan.

Si 2020 nos demostró algo, fue que predecir el futuro es extremadamente difícil además de fútil. Mirando hacia atrás, en artículos, medios de comunicación o recomendaciones de personas influyentes del sector financiero, me demuestra que pronosticar, no es un requisito previo para obtener retornos por encima de la media.

No predecimos el mínimo de las caídas del mercado en marzo. No anticipamos la recuperación bursátil más rápida de la historia. Simplemente, intentamos construir las mejores carteras que pudimos, ceñirnos al principio de “permanecer invertidos” y compramos algunas acciones mientras muchos perdían el tiempo tratando de ver el fondo.

Para quienes invierten el capital de otros, el año 2020 solo puede describirse como increíblemente humillante. Si alguien tiene delirios sobre los límites de su conocimiento, 2020 ciertamente debería haberlos corregido.

 

Conclusión

Estamos satisfechos por las rentabilidades generadas durante 2020 en nuestras carteras, a pesar de los eventos trágicos y gravemente perturbadores de este año. El rebalanceo que ejecutamos durante las caídas por el COVID ha funcionado bien, como así ocurrió durante los últimos tres mercados bajistas.

Nadie conoce el futuro. Invertir siempre ha sido y será arriesgado.

Cada cliente o cada cartera debe tener su propio nivel de riesgo. Cuando trabajo con mis clientes, trato de evaluar la necesidad de correr riesgos y luego hago todo lo posible para que imaginen el dolor que sentirían con una caída del 50%. Discuto tanto las probabilidades como las consecuencias, y no les muestro solo los rendimientos potenciales. Les hago saber que elegir su distribución de activos es la segunda decisión más importante que tomarán, la primera será comprometerse a mantenerla.

Estamos encantados con el grupo de clientes que tenemos. Agradezco mucho la confianza que habéis depositado en nosotros, vuestros asesores.

Alexandre García Pinard

Share this post

Share on facebook
Share on google
Share on twitter
Share on linkedin
Share on pinterest
Share on print
Share on email

2 respuestas

  1. 2020 no ha estat un any facil per ningú, però com molt bé dius, amb un asset allocation encertat i, sobretot, amb la convicció de mantenir-lo, tot és més fàcil.

Deja un comentario

tu dirección de email no será publicada / Campos que deben rellenarse son marcados con *